Lo mejor de la final de Sonia…¡¡Emma García le echa los tejos a Rafa!!

“yo porque estoy “pillada”, que sino…”

La final de Sonia ha sido una bonita final y una final es bonita cuando es el mismo tronista quien pone el día, la hora y el pretendiente a quien elegir. Sonia ha sido la dueña y señora de su decisión. Se va con quien quiere, el día que quiere. No todos los tronistas pueden decir lo mismo. Una final adornada por la magia del amor y vestida de blanco radiante como símbolo de pureza

La final de Sonia ha sido bonita, pero lo más destacado de la misma, no ha sido la elección de su pretendiente. Todos sabíamos con quien se iría Sonia. Nuestra entrañable Ana Santana os lo había adelantado para YOC. Lo más destacable de esta final ha sido al final de la final, cuando Emma García saludando a la nueva pareja se ha dirigido con ojos golosos hacia Rafa Tallon y así, como quien no quiere la cosa va y se suelta: “…y a Rafa, darle un fuerte aplauso también…decir que hemos conocido a un tío que merece mucho la pena, que no ha podido ser, que otra vez será…¡¡yo porque estoy pillada, porque vamos…ni me lo pensaba”... sigue

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Si, lo que oís, la recatada Emma García tirándole los trastos al atractivo mallorquín. Y es que Rafa es el tipo físico de hombre que le gusta a Emma, fan declarada del artista Chayane. Hombres de fuerte personalidad física, morenos y musculados. Emma lo ha dejado claro: Si no estuviera pillada y Rafa fuera tronista, ella sería una de sus pretendientas. Toda una declaración de Emma García que en todo el tiempo que lleva triunfando en la televisión nacional no se la conoce ni un solo cotilleo, ni un solo rumor. Conoció a Aitor, cuando tenía 16 años y pasaba de ser un patito feo, muy masculino a una bella niña pija como ella misma reconocía en una entrevista. Mucho tiempo juntos y ni un solo rumor. Hace años, en el antiguo foro de “A tu lado” un presunto amante de Emma García se dedicaba a contar con pelos y señales que es lo que hacía él y la bella presentadora en un hotel de Madrid. Los relatos eran tan detallados que incluso alguna gente del foro se lo llego a creer, al final se descubrió que era un demente de 60 años que tenis fijación por la presentadora. Un falso rumor

En la vida de Emma García ha habido y hay un solo hombre, eso sí, al igual que Rosa Benito con Montalvo, que no se descuide Aitor…el mallorquín, es mucho mallorquín. Fijaros en el video, minuto, 1.02

EL CORREO. ENTREVISTA A EMMA GARCIA. 21.01.06

«Era locuela y muy vacilona con los chicos»
La presentadora fue una adolescente «muy feliz y poco femenina»
LUISA IDOATE/ EL CORREODIGITAL

A Emma García resultaba difícil sujetarla en casa. «Quería salir a todas horas y no tenía ninguna prisa en volver», recuerda la presentadora. No había manera de hacerle entrar en razón. «He sido y soy muy testaruda y cabezota». No entendía qué tenía de malo llegar tarde. Ahora se pregunta de dónde sacaba tanta marcha y tantas ganas de comerse el mundo; y cómo resistía aquellas noches sanfermineras «como una campeona». Entonces no sabía que la piel tiene memoria. «Me achicharraba en Benidorm y en San Sebastián». Ahora, hace años que no toma el sol en la cara como precaución.
Era rebelde y charlatana. «Estaba en no sé qué mundo, de allá arriba o aquí abajo. Pero era muy feliz; sí, como me decían, era muy 'feliciana'». En primero de BUP pasó del colegio de monjas al instituto. «Estábamos alborotadísimas con los chicos, haciendo lo que nos daba la gana». El plural se refiere a las amigas, con ellas «hacía 'pira' para ver telenovelas en una cafetería, aunque nunca me han enganchado los culebrones», asegura Emma García.
Recuerda cómo hacía virguerías para no suspender. «Me mataba el último día. Tarde, pero estudiaba». Se pasaba la noche en vela. Tenía buena memoria. «Era muy chuletera y, a base de hacer chuletas, los temas se me quedaban». Se salvaba por los pelos. Se lo dijo un profesor: «Tienes más suerte que el Real Madrid. Ni puñetera idea de Matemáticas, pero siempre apruebas».
Un poco de «morriña»
La presentadora de 'A tu lado' mira aquellos tiempos «con morriña, nostalgia, cariño, tristeza; en fin, un poco de todo». Y recuerda dos broncas memorables, porque sus padres le pillaron en fuera de juego. Tenía prohibido ir a discotecas. Fue, claro. Y se dejó las entradas en el bolsillo. Tuvo la consabida charla, «que les había decepcionado y todas esas cosas». El disgusto quedó en agua de borrajas: a la semana siguiente reincidió y volvió a olvidar de nuevo la prueba del delito en el bolsillo. «Me cayó una buena. Me arrepentía, pero de lunes a viernes se me olvidaba».
Se define como una adolescente vital, curiosa. «También un poco locuela, porque entonces no tenías miedo a nada. Ahora tampoco, ¿eh?, pero sí respeto». Y, a pesar de ser «muy vacilona», con los chicos jamás se hacía la interesante. «Si me gustaba alguien y no se enteraba, me encargaba de que se diera por aludido. Era muy directa».
Mirarse al espejo no resultaba tan sencillo. «¿Sabes qué me pasaba? Me levantaba y decía: 'No me gustan mis ojos, no van con la cara'. Otro día le tocaba a la nariz o a la boca». Pero su principal caballo de batalla era su cabello rizado. «Me parecía horroroso, aunque me dijeran que mis tirabuzones eran preciosos».
La más pija
Con dieciséis años Emma García no sabía qué era un zapato de tacón ni una falda. «No sé si chicazo, pero desde luego era poco femenina». Su vestuario se componía de jerseys largos, vaqueros y deportivas. «Y, de repente, al año siguiente, yo era la más pija de todas».
Lo que siempre tuvo muy claro cuál sería su futuro: corresponsal de guerra. «Quería aventura, saber de qué iba eso y vivirlo 'in situ'. Fíjate que ingenua e ignorante, en el mejor de los sentidos», rememora con nostalgia la periodista.
Ahora, sin embargo, entiende que su madre le haya dicho muchas veces en los últimos años: «De pequeña eras muy buena, pero cuando empezaste a crecer no había quien te aguantara, niña».